Max Aub
Max Aub nació el 2 de junio de 1903 en París, de padre alemán, Federico Guillermo Aub y de madre francesa, Susana Mohrenwitz, ambos judíos agnósticos; tuvo una hermana: Magdalena.
La infancia de Max Aub transcurrió bastante feliz en compañía de mujeres ya que su progenitor era comercial de bisutería y viajaba mucho.
A los once años de edad, el pequeño Max se instala en España con su familia; debido a la Gran Guerra, el traslado se hizo aconsejable, y, posteriormente, la familia fijó su hogar en Valencia, escribiendo él su primer poema en castellano, en el año 1915. Doce meses más tarde, sus padres se nacionalizarán españoles.
En 1918, cursará sus estudios en la Alianza francesa, entre otros centros docentes, y comienza una vida estudiosa y social que le llevará a conocer a muchos intelectuales a lo largo de su juventud, destacando como el primero de ellos Jules Romains, quien le marcó literariamente.
A partir de 1922, comienza a recorrer Catalunya y a escribir teatro experimental; en uno de sus viajes, llega a Madrid e inicia una gran amistad con Enrique Díaz Canedo.
En 1924, regresa a París conociendo allí a Joan Miró, y a poetas y escritores tales como Alberti, Aleixandre, Guillén, Casona, etc.
Por estas fechas, alcanzada la mayoría de edad, adopta la nacionalidad española, y, al año siguiente, publica Los poemas cotidianos.
A los 23 años contrae matrimonio con una joven valenciana, Perpetua Barjau Martín, y al año siguiente nace su primera hija Mª Luisa, luego vendrían dos más.
Trabaja en la profesión de su padre para ganarse la vida y mientras, sigue entablando lazos amistosos con los grandes poetas de su época, Gerardo Diego, Machado...
Hay que decir que nunca hizo el servicio militar debido a su miopía, pero que no por eso dejó de interesarse políticamente por cuanto sucedía a su alrededor, afiliándose al Partido Socialista el mismo año que nace su primogénita.
Empieza a escribir muchísimo, novelas, teatro, relatos, colabora activamente en revistas, y así ve la luz su primera novela Geografía y su famoso relato Fábula verde, tan mal acogido en un principio que no se lo quisieron publicar. En esa época, realiza un viaje a la entonces Unión Soviética en donde asiste a los Festivales de Teatro.
Apenas estalla la Guerra Civil española, de Madrid se traslada a Valencia y conjuntamente con el cartelista y pintor José Renau, se convierten en directores del diario Verdad. Más adelante marchará a París, como agregado cultural en la embajada republicana española. De su actividad cultural de aquella época, destaca su cargo de subcomisario en la Exposición Universal de París. Luego vuelve a España y organiza el II Congreso de Intelectuales Antifascistas de Madrid y Valencia; se le nombra secretario del Congreso Central de Teatro.
Después, en 1938, interviene como guionista y ayudante de dirección, en la película Sierra de Teruel, cuyo tema se extrae de la novela L’espoir de André Malraux, y es en este año, también, que comienza El laberinto mágico, una obra que narra los efectos de la Guerra Civil en España.
Con el término de la contienda, Max Aub se auto exilia en París, en donde se reúne con su mujer y sus hijas.
En el país que le vio nacer conocerá sus años peores, ya que le aguarda la prisión, primero al ser acusado de comunista y después, los campos de concentración por ser de raza hebrea. Los avatares de los tiempos en que vive, dan con él en Argelia, en otro campo de infausta memoria en donde no perece de milagro. Finalmente se escapa, y, después de muchas aventuras, puede de una vez embarcarse yendo a México. Esto sucedió en 1942.
En México sigue escribiendo sin cesar, y funda una revista, Sala de Espera.
Transcurren los años y un día Max Aub lleva a cabo algo por completo inesperado: se inventa a Josep Torres Campalans, o “el hombre que nunca existió”, pero del que incluso hoy, hay quien duda sobre si realmente tan ficticio personaje fue, sólo, una invención; esto ocurría en 1958.
En Josep Torres Campalans, nos encontramos con una especie de juego mental que nos propone Max Aub creando un personaje nacido el 2 de septiembre de 1886 en Mollerusa, Catalunya y pintor; su novela aparenta no ser tal tratándose de una “biografía” en la que la realidad con nombres propios, Picasso por ejemplo, se entremezcla muy hábilmente con la fantasía, y esto nos fuerza a evocar a Pessoa, otro géminis, que sacaba de la nada numerosos alter ego, a cuál más complejo y desconcertante.
En 1969 viene a España de visita, quedando muy desalentado por lo que ve, el grado de incultura en que se halla sumido el país, lo que le motiva a escribir La gallina ciega.
Max Aub falleció el 23 de julio de 1972 en México, y aunque su nombre en el mundo de las letras de habla hispana es de sobras reconocido y apreciado, ahora es cuando en España se le empieza a conocer en toda su profundidad y magnitud.
© 2003 Estrella Cardona Gamio
